Dar testimonio es una forma poderosa de influir en las políticas que afectan a nuestros niños. Permite a los funcionarios públicos escuchar preocupaciones de las que pueden no tener conocimiento directamente de la comunidad. La mayoría de los funcionarios públicos aprecian y agradecen las opiniones de los padres y la comunidad sobre temas que son importantes. El testimonio más eficaz suele ser de 2-3 minutos y fácilmente comprensible para una amplia gama de personas. Es más probable que se escuche un mensaje claro y conciso que aborde con éxito un problema que una larga conferencia sobre las deficiencias de la comunidad.